miércoles, 13 de abril de 2011

POSEE PODER LA MENTE


POSEE PODER LA MENTE?
Esta es una de las premisas de la corriente o teoría filosófica, de que la mente posee en si misma un poder creador, que puede afectar de forma positiva o negativa a una persona y su entorno. Pero será esto cierto? A algunas personas en honor a la verdad les resulta en un nivel aun ante las dificultades, mantener una aptitud positiva y determinación para seguir adelante. Por que en un nivel y contexto especifico esto funciona? Porque con toda certeza la mente posee un poder inimaginable, pero lo que nunca debemos olvidar aun por razones naturales o lógicas, es que los seres humanos somos un producto. La gran mayoría de los científicos tratan de buscar el origen del hombre en seres inferiores como el mono, algo al extremo ridículo, ya que el universo ha mostrado una tendencia a la degeneración y no a la evolución, la tierra y el hombre no han ido de menor a mayor, sino de mayor a menor, lo cual podríamos catalogar como una involución. La Biblia ofrece las respuestas correctas ya que es un libro escrito por el creador del Universo mediante emisarios, hombres inspirados, que redactaron fielmente su palabra.
Ciertamente la mente humana tiene poder, por la sencilla razón de que el Eterno se la confirió, somos la imagen del Eterno (Gn 1:26), poseemos aliento de vida, al cual los paganos, indoctos y entenebrecidos llaman, “Energia Vital”. Los adeptos del mentalismo creen que las mentes humanas pueden generar poderes que fluyen hacia adentro y hacia fuera afectando aun la materia misma, sin saber en realidad que no son mas que tristes títeres de los shedim (demonios) quienes los usan para su propia perdición y para la perdición de otros como esta escrito en Rom 1.
Es usar los dones que el Eterno le confirió a todo hombre y darse la gloria así mismo, lo cual es pecado porque Hashem no comparte su gloria con nadie.
El poder de la mente radica en creer y al creer genera una serie de procesos a nivel metabolico, a nivel emotivo-conductal y a nivel espiritual.
De hecho la palabra Pistis en griego, traducida como fe, es a su vez traducción de la palabra hebrea Emuna, de la cual la traducción mas hermosa es “Mente Firme”. Mente Firme! Maravilloso, una mente que se aferra a una idea o concepto como si estuviese ante algo tangible, para esta mente esta idea o concepto es la realidad y no lo que ven sus ojos. Cual es la realidad? Sencillo! La palabra del Eterno que creo los cielos y la tierra.
A continuación comenzando por entender el nivel psico-metabolico del tema, mostrarnos un articulo científico que trata de la mente como instrumento para sanar o enfermar.

EL PODER DE LA MENTE PARA SANAR Y CURAR

18 de octubre de 2007
Cómo ejercer una buena medicina
Según lo define Oakley Ray, profesor de Psiquiatría y Psicología de la
Universidad Vanderbitt (USA), lo que llamamos mente es el resultado del
funcionamiento del cerebro: los pensamientos, las creencias, las ideas, las
esperanzas, y aun las emociones y sentimientos, resultan de actividades
eléctricas y químicas que tienen lugar en las células nerviosas del cerebro.
La mente (o la actividad del cerebro) es la primera línea que tiene el
cuerpo para defenderse contra la enfermedad, el envejecimiento y la muerte,
y a favor de la salud y el bienestar. Todo lo que pensamos y todo lo que creemos tiene efectos tanto positivos
como negativos sobre nuestra salud física.
Las investigaciones más recientes dan evidencias incuestionables de las
interacciones mente-cerebro-cuerpo a nivel molecular y celular
   (neurotransmisores, hormonas, citoquinas) que pueden impactar sobre la    salud
y la calidad de vida de los individuos.
Hipócrates decía que es más importante conocer al paciente que tiene una
enfermedad que conocer la enfermedad que tiene el paciente. En efecto, desde
la medicina clásica se recomienda poner el enfoque en el paciente, en cada
paciente en particular considerándolo como un individuo único e irrepetible.
La calidad de la buena medicina radica en la calidad de la interacción
humana, aquella que surge de la relación entre el médico y sus pacientes.
Otro grande de la medicina, Galeno de Pérgamo, observó hace más de 1800 años
que la mayoría de las personas que lo consultaban no tenían ningún mal
físico.
Mucho más recientemente, en un estudio realizado en la Academia Americana de
Medicina (1991) se analizaron mil consultas a médicos clínicos y se informó
que sólo un 16 % de esas personas tenía algún problema físico objetivable.
La gente no va al médico sólo porque le duele algo. Quieren que les presten
atención, que los escuchen y los comprendan en algún sufrimiento que pocas
veces tiene que ver con algo objetivo del cuerpo.
La actitud mental del individuo tiene mucho que ver con su situación ante la
enfermedad o la posibilidad de morir. Cuatro siglos antes de Cristo el
cronista griego Tucídides observaba que la cosa más terrible es la
desolación en la que cae la gente cuando se da cuenta que contrajo una
enfermedad ya que en esas circunstncias adopta una actitud desesperada y
pierde el poder de resistencia.
Véase en ello una clara referencia a la diferente posibilidad de lucha
contra la enfermedad entre el optimista que seguramente vivirá más, y el
pesimista que verá apurado el proceso de su muerte.
Y eso es porque lo que creemos y lo que sentimos influye fuertemente sobre
nuestro estado corporal como para aumentar o disminuir nuestros recursos
biológicos defensivos y con ellos nuestras posibilidades de salud o de
muerte.
El rol del paciente en el proceso de su curación ha cambiado porque ha
ganado en importancia a la vez que el rol del médico ya no es el del “ser
supremo” que todo lo cura, sino que debe interactuar con el paciente:
explicando, enseñando, transmitiendo habilidades y fuertes contenidos de
esperanza. El médico se transforma en un colaborador del paciente para
enfrentar juntos a la enfermedad.
Estudios realizados durante la última década demostraron estadísticamente
que cuanto mayor es la educación e instrucción alcanzada por el paciente,
menor es su índice de mortalidad. Incluso la existencia de creencias
religiosas ha significado importantes reducciones en porcentajes de
complicaciones o muertes en pacientes sometidos a cirugías cardiovasculares.
Esto prueba una vez más el poder de la mente: las creencias, los efectos
producidos por la idea de que Dios me ama, el sostén de los vínculos
(amistad-familia) son todas fuerzas poderosas en el momento de luchar contra la enfermedad porque aumentan la seguridad y la autoestima.
Es conocida también la influencia del estrés sobre la salud y la enfermedad.
En investigaciones realizadas con estudiantes de medicina sometidos al
consabido estrés durante sus períodos de exámenes, se estudió su sistema
defensivo inmunitario y se concluyó que durante ese período este sistema se
deprime y consecuentemente sube la posibilidad de contraer infecciones.
Otra prueba de la influencia de la mente sobre las afecciones del cuerpo la
da este simple juego de ecuaciones ante enfermedades definidas como
incurable (como el sida)
1) Aceptar el diagnóstico + Aceptar el pronóstico = Tiempo de sobrevida
reducido
2) Aceptar el diagnóstico + Desafiar y rechazar el pronóstico = Tiempo de
sobrevida más prolongado
Vale decir que los pacientes del segundo grupo que rechazaban el mal
pronóstico de su enfermedad a partir de tener la convicción de luchar por
vivir, incuestionablemente viven más.
Un dato más que no se puede ignorar es que las personas que tienen más
conexión con sus amigos, con su familia o con grupos de apoyo, tienen un
índice de mortalidad más bajo. Es así de cierto: los amigos significan buena
salud e incrementan la longevidad. Y esto se nota mucho más después de los
60 años de edad: los viejos aislados sin amigos o sin familia, tienen el
doble de probabilidades de morir antes que los que frecuentan amistades.
De todo lo expuesto surge como conclusión que el poder y la influencia de la
mente sobre el cuerpo ante la salud, la enfermedad y la misma muerte, es
algo absoluto que está fuera de discusión.
La medicina y los médicos, si de verdad queremos ayudar a nuestros pacientes
deberemos tener una visión menos superespecializada, alejarnos de lo que
está excesivamente centrado en lo biológico y volver nuestra mirada
humanitariamente hacia la mente y el corazón de nuestros enfermos.
Fuente:
Basado en mi experiencia de casi 29 años como médico y en apuntes tomados en
la conferencia del Profesor Oakley Ray en el Simposio Internacional de
Psiquiatría realizado en Córdoba (Argentina)
Por esta razón dijo Salomon:
Ecc 4:9  Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor remuneración por su trabajo.
Ecc 4:10  Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!
Ecc 4:11  Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes, pero uno solo ¿cómo se calentará?
Ecc 4:12  Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente.”
Por la misma razón Yeshua elogio al samaritano que cuido a su prójimo frente al sacerdote y al levita.
No es la religiosidad la que agrada al Eterno y beneficia al prójimo, es conocer las realidades de la Torah para la vida diaria y aplicarlas, esto hará la diferencia.
Espero les sea de provecho.
AVRAHAM MAOZ
Brajot

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